Ninguna otra vida


No quisiera volver a vivir ninguna otra vida, si no es esta.

Y esta ya no avanza, ni me quiere, ni se deja querer.

Hace un frío helado esta noche, no consigo dormirme.

Cuento las manchas de mis manos, las pecas, las arrugas…mientras me acurruco junto a tí.

Me miras fijamente también, y de pronto, estás muy despierto.

Quizás por la mañana, en el camino, encontremos algunos frutos que podamos recoger. Los compartiremos con los niños. 

Los niños. Ya no dicen nada…

Tienen la mirada cansada, agotada de asustarse. No se acuerdan de su casa, ni de su madre, que murió en el mar.

Lloran lágrimas oscuras, en silencio y sin querer.

Se les han roto los zapatos.  Madani me ha dicho que perdió el peluche también.

Abriré unos que he encontrado en la cantera, a ver si se los calzo. Tienen tantas, tantas llagas; tan malheridos y maltrechos están sus pequeños pies…

Estás llorando…y me estás hablando. No sé si te entiendo, o no quiero saber…

Calla ya, hombre. Venga, levanta ! Que la humedad es muy muy mala, y la llevas muy adentro esta noche. ¿No ves?

Andamos un poco, hasta la piedra del alcantilado, la que vimos ayer. Que hermosas las vistas, que verde y frondoso el valle que abajo se ve.

La luna nos guía, y la pena también.

Mejor llamemos a los niños, que quizás lo quieran ver. 

Les contaremos que allí viven todos los enanos, duendes y elfos, del cuento que más les gusta. Les diremos que si se están muy, muy, muy quietos,  los verán salir y esconderse, saltarines, allá, a lo lejos.

-Vamos;  vamos todos a asomarnos!!! Duendes y elfos: os venimos a ver!

Las manitas bien cogidas, no nos vayamos a caer…

¿Cuánto se tardará en volar hasta abajo?

Ahora que el aire no sopla, que silencio… Se está casi bien.

¿Nos acercamos un poquito más hasta el borde?

Ven chiquitín, aquí con la abuela, ven cariño, que te abrazo bien. Abuelo, sujeta a la nena, que no se me escurra.

Está tan delgada… Ya no le queda ni piel.

Y  aquí estamos los cuatro, en medio de esta NADA.

Rodeados de gente, y muy solos también.

Vamos a cerrar un poquito los ojos, jugaremos a un juego, con mucho cuidado, que los duendes nos ven!

«Estamos en casa, y se hace de noche. La cena qué rica…y  en la cama, bebemos leche con miel. Se oye una música suave a lo lejos…huele a bizcocho, chocolate y café…»

Avanzamos juntitos, muy poco a poquito…entrelazadas sus manitas, pequeñas y suaves, contra nuestra piel.

No tengáis miedo, aquí estamos nosotros…Vamos a ver a los elfos, y hay hadas también!! Daremos de entrada, sólo pasitos pequeños;  contando primero: UNO!! y llegando hasta  el cien …

Duendecillos  y elfos, no abriremos los ojos!!! No haremos trampas y nos portaremos muy bien!!

De pie y expuesta (para E).


Ya no tengo ganas de correr. No me veo con ánimos de otra huida.

Me pesan las piernas y el alma.

Que agotada estoy…

Voy a quedarme quieta.  Lloraré en silencio pero no pienso esconderme.

POR UNA VEZ .

Aquí me tenéis: de pie, y expuesta.

Traigo pena en la mirada y un perfume de nostalgia azul.

Aviso que no me rindo y que me voy a hacer (más) fuerte.

No sé como, si voy mal vestida con esta tristeza tan frágil…
Pero  sé que me levantaré, aunque no sé cuando…

No sé dónde, ni tampoco con quién.

Volveré a ser tan fuerte, fuerte, como lo soy ahora, aunque os parezca de papel y me dé un poco igual  todo, y simule que me he abandonado (a mi misma).

Me soplo un poco, a ver si me voy…(de mi).

Más permanezco!!!

Seré otra siendo la misma y tengo MIEDO.

Porqué pondré por fin un nombre a todo lo que deje detrás, y un nombre al fin, a esta etapa, y sé que me va a doler.

En este día de lluvia, empiezo a desmontarme para recomponer mis piezas. (Después).

Aprovechad ahora;  me teneis  vacía y hueca, muñeca de trapo y marioneta sin  color.

Aprovechad para sacarme los ojos, arañarme y jugar conmigo. Me da igual si no hay caricias…

Aprovechad maldita sea, aprovechad!!!

No queda mucho tiempo.
Porqué presiento que luego, me podría volver, brutal.

Estáis todos invitados.

 

 

 

El árbol de la vida.


Tras infinitas confidencias, conmigo misma y con los demás, he decidido que lo acepto: me declaro enamorada de la gente y de sus historias.

Más de sus vidas que de ellos mismos, ya que sus rutinas cotidianas no me pueden dañar (tanto).

Fascinada estoy.

Embelesada de todos estos seres maravillosos, con vidas ajenas a la mía, pero que cruzan de vez en cuando su camino con el mío, y me trastocan los sentimientos, transforman mis días y desvisten mis cimientos dependiendo de su intención y de mis hormonas.  Me ablandan o endurecen el corazón, y me destrozan el alma o la hacen más liviana. Que vacía me sentiría sino…

Gracias a ellos, soy como un árbol y forman parte de los anillos de mi corteza.

Soy un árbol intentando echar raíces, sin saber bien muy que hacer… Sin querer agarrarme del todo a la tierra, terca y salvaje, ni tampoco pudiéndome despegar.

Lo mismo  me pasa con las personas.

Caen también mis hojas marchitas, sin que la vejez vuelva agria la sabia que las alimenta y les da de beber.
Des de lo alto, dirijo las ramas apuntando hacia el cielo, anhelando los días de lluvia; mecidos por el viento mis nuevos brotes verdes, adormecidos, en un suave baile en las tardes soleadas.

¿Las podéis escuchar? Susurran palabras…

Crezco y me expando,queriendo arañar la luna, morderla y besarla, por ser tan bella, tan inalcanzable, por ser tan LUNA y ser tan fría.

Un poco es como morderme a mí…

Soy un árbol en el asfalto ( y hecha de asfalto un poco también).
Tengo ramas de alquitrán… que florecen a destiempo, y en cada pétalo nace una historia que alguna vez debería contar.

Porqué le ocurrió un día a alguien, o algún día  le pasará, o porqué de algún modo fueron importantes, y lo más importante…porqué llegaron a mí.

FUERON IMPORTANTES. Todas ellas.

Aunque se vistan de triste y se te despierten las entrañas al leérlas.

Y porqué nadie, jamás, las había contado con estas palabras. Quizás con otras, pero no así.

Mis ramas florecen por si le sirven a otros, del mismo modo que me ayudan a mí.

Me abrazo a mi misma, aspirando a  Gaia- Mama Tierra,  aunque cada vez más atea y más underground, tecleando semillas que germinan y  brotan, en nuevas entradas para este blog…que huele a infusión de hierbas dulces, y a polvo de buhardilla.

Me he transformado en una «hug tree«de mí misma. Me acaricio y me abrazo para calmarme la piel llena de esporas…cada una, una historia de otra persona, o de otro lugar…y alguna de mí.

Estoy cubierta  de musgo.

Musgo de pena, de alegrías y recuerdos de mi vida; de otras vidas, de esta vida, que es de todos y no es de nadie,  y que quisiera pasar al papel (antes de que pasemos página).

No tendré tiempo, ni me quedarán amigos. A no ser que me talen, no podré nunca dejar de hablar!!!

1500 (hormigas).

 


Me he hecho mayor.

Voy para vieja (o eso espero).
Soy espía de mí misma. Y me aliso las mejillas, busco una peca escondida, me palpo el vientre y lo aprieto dentro de mí.

Me espío para ver si hay otra que ha ocupado mi lugar.

Me añoro un poco. A mí misma, y ​​añoro mi cuerpo, y lo que queda de él.

Ya no sé si soy joven. Realmente no sé que soy.

Me encuentro como en constante penumbra, aunque intuyo destellos de luz danzando como hilos de plata;  imagino cigotos de nuevas ideas, en metamorfosis constante, de pensamiento a palabras, de palabras al papel, que toman forma con una claridad casi mágica, como el resplandor de las luciérnagas en la más oscura de las noches.
Me busco y me hablo conectada a la más primitiva de mis esencias, mientras acuno el ciclo de la vida entre mis manos, en una Nana de ternura ancestral.

Nacida hace lustros en un entonces frío invierno; oteo el otoño que se divisa…y mi primavera que queda tan lejos ya…

Hasta que por fin me (re) encuentro.

Me vuelvo eléctrica. Todo me vibra y no puedo parar de pensar. Gruño si me interrumpen: llevo el cartel puesto de no molestar; y buscan hogar mil quinientas hormigas, en ese vientre que oprimo (y que vuelvo a soltar).

Me hacen cosquillas primero, pero luego me  escuecen, molestamente persistentes, sé que no cesaran. Ahora que voy a vieja, han aparecido unas cuantas más.

1500. Ni una menos.

Pequeñas y oscuras, criaturas inquietas, marchando en hilera, arriba y abajo, abajo y arriba. Sin destino, ni meta, ni hogar.

No tienen trabajo. Y si tiempo; y sin prisa, se van a esperar.

Están ansiosas de ilustrarse, de vibrar leyendo a otro. Quieren oír (y vivir) a través mío. Mea culpa. La que las ha alimentado de siempre, fuí yo.
Tienen hambre de amor y de vida, y sed de penurias y de tonos de azul. Hambre de .
En una hilera silenciosa, me recorren por dentro, caóticamente ordenadas, viajando entre mis recuerdos y abriendo mil grietas; por donde me cuelo YO.

Cada voy vez más desnuda, y me siento más expuesta. Tengo abiertas las entrañas (por culpa de).

1500 mentiras en cada palabra, y 1500 en cada verdad.

Si lo que escribo no les gusta, se remueven molestas, en procesión nerviosa, y pellizcan y me muerden para que les deje de hablar.

Ahora que ya no me asustan, no les tengo ningún miedo,  y les escribo aún MÁS.

Y más, y más rápido; a riesgo de ser indigesta, hasta que terminan salivando por dentro mi vida, y por fin, la ven.

Estas hormigas… malas bestias, estas hormigas del demonio, que me van a dejar seca, si siguen hurgándome más.

Luego ya las siento enloquecidas; se remueven en círculos, suicidas,  hambrientas y  a la vez empachadas de todo, pero queriendo aún más. Hiperactivas, kamikazes, las unas contra las otras, hasta que se aplastan ellas solas, y todo se queda inherte…y yo retengo el  aliento.

No me atrevo a respirar.

Por fin se han ido.

Me hecho mayor, y voy para vieja; no sé coser ni sé cocinar.

Le escribo a mi vida, en una farsa estudiada, un relato sobre hormigas, que no sé si alguien, algún día leerá.

Hola mundo, aquí os dejo mis escritos.

..hechos con el alma y un poco de chocolate…

Amargo. Con fresa, menta o pimienta. Y algo más.

 

Domingo


Que aburrimiento… Esta tarde me sabe a gris.

Afuera hace sol!! Salgamos un rato y nos aireamos un poco, con carmín y gotas de colonia.

Que día más largo… Parece que hasta el reloj tiene pereza hoy.

Hagamos una tarta!! y espolvoreamos el hastío,con cacao, canela y miel.

Ya oscurece; para qué salir…

Falta pan para la cena.

Lupen

 Sé que anda preocupado por si no voy a parar de contar.

No pregunta. Creo que le apura hasta leerme; por respeto. No quiere molestar ni interferir en el camino.

Se queda cerca y observa como vuelo libre y desbocada; deja que me caiga y sonríe cuando me levanto, y tiene a punto un «curasana de optimismo» para heridas, penas y horas de soledad.

Acepta  que lo arañe cuando me tiende una mano.

Porqué araño. Y a veces muerdo.

Suspira y su ojos le brillan.
Lo sabía el día que eligió.

Aleja fumando las preocupaciones, exhalando anillos terapéuticos contra el dolor;  humos  curativos con olor a hierba  (y de hierba con  olor a él).

Nos cuida a todos con la inconsistencia de una nube, dulce y ligera, como una melodía de fondo,  que te mece, te adormece, te acuna …pero no se escucha.

Y en estos días, se ocupa de todo sin decir nada, mientras yo correteo en el limbo, risueña y de nuevo alegre (a pesar de).

Estos días grises, desdibujados….tienen algo de mi infancia, más no me veo, no me recuerdo…¿En realidad he sido niña?  ¿Jugando a qué?

Y me reconstruyo y me siento bien, agarrándome fuerte y saltando al vacío, las dos cosas a la vez. Nunca una incongruencia resultó tener tanto sentido…ni transmitirme tanta luz. Estoy ciega, cegada y embriagada de libertad.

Por una vez me he atrevido!!!

Y de mientras él, pone algodones en cada esquina (por si a caso…por si me doy) y me alimenta con chocolate y vino dulce  y un : «¿qué te apetece?» ; a pesar de mi mal humor.

Sé que piensa (mientras tanto) que esto de escribir va acabar mal.

No lo dice, pero le da miedo que las palabras me remuevan mucho el alma, y nos alboroten la vida, a él, amante de la más intensa de las calmas, y a mí insaciable torbellino. Más no paro, no escucho, estoy alegre y soy feliz y lo arrastro a él conmigo.

Igual no me conviene, vete tu a saber.

Y él, como faro en la tormenta, me espera de pie. Siempre. A cualquier hora.

A pesar de mil cansancios, encuentra el fin del infinito, y el principio del todo, solamente para mí.

Da sentido a la vida, y vida a mis sentidos.

Tan rudo y tan tierno…¿Cómo lo hará? ¿Lo sabe él?

¿Será así porqué jamás, nadie, nunca, se lo ha dicho?

 

Terapia LITERAL 


Y ahora escribo,

como si me fuera la vida, ahogo las palabras con mi ansiedad, las exprimo, les saco la punta, les borro la tinta, las desmenuzo; violo su esencia. Las someto contra el papel…pervirtiendo los versos.
Y entre párrafo y párrafo…Intento aspirar una bocanada de aire, que me permita, de nuevo, volver a empezar.
Creo que me he vuelto una torturadora de la oración. 
En el más LITERAL de los sentidos.
Y cuando no escribo, I’m lost in translation, no entiendo el lenguaje que habla mi mente ni corazón. Soy tabula rasa, vacía, perdida y sudo el mono de teclas.
Soy una addicta. Me siento borracha de tinta y cursiva.
No sé si tendría que pedir ayuda. 
¿Algún tratamiento para el dolor, para el dolor del alma ? ¿Quién te ayuda? ¿Qué pastilla dan para calmarlo?
(…) ;(!?/-“:;@
¿Y si me visto de verde?
¿Y si pintara sonrisas en el papel? ¿Y convertir las letras en notas, y escribir música, a un ritmo bestial?
Funcionaría quizás, para alejar la pena…
Quizás sería mejor que tanta humedad, con sabor a sal.
Si: mejor que lágrimas…compases.
Ahora hago música; como si me fuera la vida, ahogo la melodía con mi ansiedad…

Pero sé que sonrío de mientras

2016

Del 2014 no me quise ni despedir… Me encontró durmiendo con mis dos hijos en la cama, sin mucha confianza puesta en el año que entraba. No hice las uvas. No brindé. No hablé con casi nadie.Al 2015 que llegaba, le cerré los ojos y me dormí en su cara. A veces pienso que esta chulería me ha salido un poco cara, otras sin embargo me sonrío a mi misma por esta capacidad de seguir siendo tan pasota a los 37.

2015…

Me ha tenido entre las cuerdas. Me ha hecho viajar por los quirófanos, deprisa de prisa y sin pensar mucho. 2 veces.

Me ha roto los esquemas, derramar algunas lágrimas, mantener mucho silencio (a pesar de las ganas inmensas de gritar) y declarar un golpe de estado a mi cuerpo, y prohibirle, censurarle, (suplicarle) que los resultados de la segunda vez no salieran otra vez mal.

Ha conseguido que me enamorara perdidamente (otra vez) de por vida: Gael me tiene atrapada.

Me ha hecho tener tripita, y reirme contenta, deconstruirme y caerme de la higuera.

Estar a punto de no tener autoestima, y de querer huir.

Me ha enseñado a reconstruirme luego…

A aceptar que estoy muy sola y » no passa res».

A volver a escribir…

A saberme Íntegra.

A tener proyectos e inventar rincones hermosos.

A no querer mal a los que no me quieren ( o ya no quiero).

A decir ADIÓS.

No ha sido un mal año, creo.

Pero por si a caso… Solo por si a caso… Mañana no me duermo.

Feliz 2016… gente maravillosa!!!

Escribir a Sergi


Necesito escribirte, sola, porque todo lo que me rodea hoy, me lleva a tí…

Necesito hablarte, sola, porqué mi mundo de ahora no te conoce y no encuentro apoyos, ni a quien preguntar…No tengo a quien llorar. De algún modo me acerco, y me parezco más a tí. Nadie te cogió de la mano, ese 7 de febrero? ¿Ni mientras tomabas una pastilla más, una pastilla más… Otra pastilla.. Y luego otra…?
Bajo un cielo gris, y un frío extranjero… Qué soledad. ¿En que pensaste en tus últimos momentos? ¿Le escribiste a alguien? Te robó la pena el aire…La pena te robó el suspiro último, y tu último adiós.
Dijiste que volvías… Nadie supo, nadie sabrá si encontraste el camino. ¿Hacia dónde?
Sólo nos dejas preguntas. Y dos semanas más tarde, ¿Yo que hago con todo esto? ¿Y cómo convivo con esta pena? ¿Cómo podría crear algo bonito con tantos tonos de azul?
Hoy te noto a mi lado. Si lo cuento en el trabajo empezaran a sospechar. Yo y mis cosas, mis percepciones. Ya empiezo. No está bien.

No te recordaba aunque te sabía vivo. Ahora te siento y sé que no lo estás.

Paseo por la casa y sé que me sigues. Noto que te da verguenza, pero tambien que quieres quedarte, y te tendré que volver a echar. Como la otra vez, antes de que me lleves contigo.
¿Qué sentiste, en el último instante…? ¿Te acordaste de mí? ¿De mi miedo a que te fueras? ¿Te llegó? ¿Sentiste alivio al encontrar el camino? ¿Te asustaste cuando ya no había vuelta atrás? ¿Te dolió, como me duele a mi el alma?
Necesito escribirte. Necesito invitarte a ir, de nuevo. Y hacerlo bonito. Necesito empezar a escribir el duelo. A escribir el adiós.

Escribir a Sergi.